LA VEREDA DE LA PLATA: Breve apunte pseudohistórico
He estado repasando algunas fuentes sobre el origen de este nombre y no hay mucha luz. La denominación de esta vereda debe remontarse a un uso antiguo de la misma, probablemente en época romana. Cabe la certeza de que las minas del Centenillo y sus alrededores tenían una galena con grandes proporciones argentíferas. De ahí que los transportes del preciado mineral hasta el puerto que la metrópolis de Iliturgi (ubicada en los entornos de Mengíbar) tenía en la actual Andújar, se realizaran por este camino. Como habéis podido observar, el trazado que seguimos ayer es muy suave si lo comparamos con la abruptuosidad del paisaje que transitábamos. De ello se deduce (si no es mucho deducir) que fueron los romanos, con sus fantásticos ingenieros de caminos, los que trazaron su recorrido.
Mirando el catalogo de caminos y vías de la época romana, se documenta una vía que transitaba entre el puente romano de Andújar, Ermita de San Ginés, puente romano de Lugar Nuevo, y así hasta el Centenillo. Así pues, este es el significado de la vía que transitamos el pasado domingo.
En otro orden de suposiciones, también cabe la posibilidad de que esta vereda fuese usada, y me remonto a las mismas fechas o épocas, como tránsito entre esta zona y las llanuras manchegas, ya que hubo un buen tramo de camino que fuimos viendo a nuestra derecha la cuerda de montes que delimitaba Andalucía con Ciudad Real, y en algún lugar o collado se produciría el paso. Así pues, desde el Centenillo habría una lógica conexión con el Empedraillo, y de ahí a la llanura manchega.
Bueno, sin ánimo de meterme en los entresijos de la historia, estas son, como he dicho antes, suposiciones, aunque basadas en documentos más o menos fiables.
En la actualidad es una vía transitable. Recorre unos parajes adehesados de amplias vistas al valle del Guadalen, los Escoriales, el mirador de los Alarcones nos ofrece unas vistas desmesuradas de las crestas de Despeñaperros, el mirador de los Pastores es la antesala a un fantástico pinar antes de pasar por Los Selladores y el Contadero. Y por una bonita aliseda se llega al Centenillo.
He estado repasando algunas fuentes sobre el origen de este nombre y no hay mucha luz. La denominación de esta vereda debe remontarse a un uso antiguo de la misma, probablemente en época romana. Cabe la certeza de que las minas del Centenillo y sus alrededores tenían una galena con grandes proporciones argentíferas. De ahí que los transportes del preciado mineral hasta el puerto que la metrópolis de Iliturgi (ubicada en los entornos de Mengíbar) tenía en la actual Andújar, se realizaran por este camino. Como habéis podido observar, el trazado que seguimos ayer es muy suave si lo comparamos con la abruptuosidad del paisaje que transitábamos. De ello se deduce (si no es mucho deducir) que fueron los romanos, con sus fantásticos ingenieros de caminos, los que trazaron su recorrido.
Mirando el catalogo de caminos y vías de la época romana, se documenta una vía que transitaba entre el puente romano de Andújar, Ermita de San Ginés, puente romano de Lugar Nuevo, y así hasta el Centenillo. Así pues, este es el significado de la vía que transitamos el pasado domingo.
En otro orden de suposiciones, también cabe la posibilidad de que esta vereda fuese usada, y me remonto a las mismas fechas o épocas, como tránsito entre esta zona y las llanuras manchegas, ya que hubo un buen tramo de camino que fuimos viendo a nuestra derecha la cuerda de montes que delimitaba Andalucía con Ciudad Real, y en algún lugar o collado se produciría el paso. Así pues, desde el Centenillo habría una lógica conexión con el Empedraillo, y de ahí a la llanura manchega.
Bueno, sin ánimo de meterme en los entresijos de la historia, estas son, como he dicho antes, suposiciones, aunque basadas en documentos más o menos fiables.
En la actualidad es una vía transitable. Recorre unos parajes adehesados de amplias vistas al valle del Guadalen, los Escoriales, el mirador de los Alarcones nos ofrece unas vistas desmesuradas de las crestas de Despeñaperros, el mirador de los Pastores es la antesala a un fantástico pinar antes de pasar por Los Selladores y el Contadero. Y por una bonita aliseda se llega al Centenillo.